lunes, 8 de septiembre de 2008

Sobre la prensa, Lorena Paola y los conejitos

Por Griselda Casabone

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3 comentarios:

Mónica dijo...

Siempre es un placer escucharte. También leerte. Aprovechemos estos espacios y pensemos juntas y juntos la comunicación que queremos y los medios que no. Entonces dejemos de consumirlos.

Alicia "la mama" dijo...

stión de gobierno.
Los actos de gobierno son, por definición, públicos, a menos que una norma referida a un acto en particular le dé carácter de reservado o secreto ,por motivos de autentica gravedad.
El Ejecutivo publica us decisiones a través del Boletín Oficial de manera de hacer efectivas las acciones impulsadas en normas, pero muchos otros actos son de conocimiento público vía los medios de comunicación.
Existe toda una normativa que, en busca de la transparencia, exige el conocimiento de cosas mímias como, poe ejemplo, se deben hacer públicas las agendas de los funcionarios públicos.
Queda claro, entonces, la responsabilidad del Estado frente a la información. Pero, ¿Cuál es la responsabilidad de los medios en este tema?, esta reglada? hay una responsabilidad cierta por los contenidos que se publican o emiten al aire?
Las normas son débiles y de escasa o nula reglamentación y el derecho a réplica se constituye en la mayoria de los casos en un boomerang que ata las manos al Gobierno y las libera a los comunicadores sociles.
La palabra constituye acción.
Sería muy importante que pudieramos tener algunos concimientos básicos de la ontología del lenguaje para evaluar los esquemas (muchas veces perversos) que se construyen detras de las noticias tanto escritas como alaire.
Un abrazo
Alicia

Martin CPS dijo...

A propósito de periodistas, empresas periodísticas y periodismo, hace rato que me da vueltas esta entrevista realizada a Pierre Bourdieu y publicada en "PIERRE BOURDIEU Pensamiento y acción", de la que transcribo sólo un extracto:

¿Existir es aparecer en la radio o en la televisión?


Actualmente, nadie puede iniciar una acción sin el apoyo de los medios. Tan simple como eso. El periodismo termina dominando toda la vida política, científica o intelectual. Habría que crear instancias en las cuales investigadores y periodistas se critiquen mutuamente y puedan trabajar en conjunto. No obstante, los periodistas son una de las categorías más susceptibles: se puede hablar de los curas, de los patrones e incluso de los profesores, pero sobre los periodistas es imposible mencionar las cosas que llegan a hacer...

¡Es el momento de decirlo!

Hay una paradoja de base: es una profesión muy poderosa, compuesta por individuos muy frágiles. Allí se produce una notable discordancia entre el poder colectivo -considerable- y la fragilidad estatuaria de los periodistas, que se encuentran en una posición de inferioridad tanto respecto de los intelectuales como de los políticos. A nivel colectivo, los periodistas arrasan. Desde el punto de vista individual, están en constante peligro. Constituye un oficio muy duro -no por azar hay allí tanto alcoholismo- y los jefecitos son terribles. No sólo se quiebran las carreras, sino también las conciencias, lamentablemente. Los periodistas sufren mucho. Al mismo tiempo se vuelven peligrosos: cuando un ámbito sufre, termina transfiriendo su dolor hacia afuera, bajo la forma de la violencia o el menosprecio.

*Diálogo con François Granon, publicado en Télérama el 15 de febrero de 1995. PIERRE BOURDIEU Pensamiento y acción. Libros de Zorzal, 2002

¿Francia adelanta o nosotros atrasamos?

Martín